sábado, 17 de abril de 2010

Necesidades:Respuestas


En las manos lleva un papel amarillento, todo emborronado, cuando se lo dieron llovía a cántaros, “Suerte he tenido de que los números no han desaparecido”. Sube las escaleras agarrada a la barandilla, apoyando los pies con cuidado, la inseguridad es su fiel compañera. Sólo pequeños reflejos del exterior, el resto oscuro y viejo, se oyen las tuberías y algún gato suelto. Las voz humana parece exiliada del edificio, “Como mi infancia, exiliada”.

Al llegar al tercer piso mira las cuatro puertas, todas igual de demacradas, busca la letra D, “D de destino”. No puede, no se siente con fuerzas, desciende dos peldaños, su estómago inquieto y las manos sudorosas. Y entonces oye el chirrido, no quiere mirar, “Cobarde, eres una cobarde, ¡gírate de una vez!”. Ante sus ojos un señor con gafas,se acerca y le sonríe.

- Buenas, ¿buscaba a alguien?

- Hola, no sé, es posible que ni siquiera viva aquí.

- Yo no soy del edificio pero conozco a todos los vecinos, la mayoría muy mayores, soy el médico del ambulatorio que hay a quinientos metros de aquí. ¿A quién busca?

- Pues a Ana Parras – el médico queda callado un instante, reflexionando.

- Acabo de salir de su casa, es esa puerta. Están en pleno velatorio. Murió esta misma mañana.- Ella le da las gracias y sale del edificio. Ahora está segura de que no quiere llamar a la puerta D, jamás podrá saber el porqué de su niñez perdida.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Buf! Como la vida misma.
Mónica

Recuerdos perdidos dijo...

Pues sí Monique, como la misma vida.
Un beso

Sergio dijo...

Me encanta como todo en este relato son cosas que se borran. Cómo decían antes de mí es la vida misma. Dice Sergio Pitol que somos una suma mermada por infinitas restas. Sumamos experiencia y recuerdos pero vamos restando recuerdos y seguramente vida. A pesar de la tristeza que pueda haber en este o en anteriores me encanta cómo los escribes. Saludos sinceramente admirativos.

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, bueno.
Estupendo final.
(Vas embalada).

Besos.

Recuerdos perdidos dijo...

Houellebecq gracia por la visita.


Curro.
Sí, creo que el freno no me funciona.
Gracias.