- ¿Sabe que estás aquí? – cierra la puerta rápidamente.
- No, está con su amiga Ruth, cree que trabajo hoy en la pastelería. Anda Álvaro quita la televisión y escúchame. Queda un día, si mañana no lo ha abierto tendrás que cumplir tu palabra, vendremos a eso de las cinco de la tarde – la sonrisa de Álvaro ha desaparecido, al fin logra articular palabra.
- Sí, ya lo sé. He hecho la maleta, en cuanto vengáis mañana te dejaré el piso. Las escrituras están en este cajón. Felicidades, has ganado la apuesta. ¿Qué vas hacer con el piso? – su voz es de una completa derrota.- Voy a montar un taller de pintura. Y ¿tú? ¿qué habrías hecho con mi casa de haber ganado la apuesta?
- Sonia, ¿no tenías el sobre en el bolso? – es Álvaro quien pregunta y mi marido quien busca en el bolso frenéticamente.
- Pues…, eso es una de las cosas por las que quería verte hoy Álvaro – siento los cuatro ojos posados sobre mí, me pongo tensa porque ellos lo están, dejo la bandeja en la mesa – La última vez que lo vi fue el viernes en el almacén del trabajo, me quedé dormida diez minutos, desde entonces lo he buscado por todas partes para traértelo pero no lo he encontrado por ningún sitio, espero no haberte buscado un problema – se miran, me miran, mi marido se pone colorados de ira.
- Pero, ¿cómo puedes haber perdido el sobre?- es Miguel quien se acerca gritándome.
- Tranquilízate, si lo ha perdido no podemos seguir adelante.
- Adelante, ¿con qué? – las dudas me asaltan - ¿qué os pasa?
- Álvaro, aunque lo haya perdido en ningún momento llegó a abrirlo, así que ya sabes – el otro se ríe.
- Lo siento, pero si no lo hubiese perdido lo habría tenido más tiempo y habría podido abrirlo, ¿no te parece? Además en este papel que está firmado ante notario no recogimos ninguno la posibilidad de que perdiera el sobre, tú pusiste que no lo abriría y yo que sí. Únicamente esas posibilidades – están en pie y se gritan a la cara. Yo no sé a que viene todo esto, pero si dejo que se chillen quizá logre entender algo. Para mi asombro Álvaro va a la cocina y coge dos cervezas para ellos.
Ya ha pasado la borrasca y yo aún no la logro entender.
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