martes, 11 de diciembre de 2012

Necesidades: Admirar


Tengo que contarlo porque me ha impactado su entereza. Hoy, en clase de uno de esos idiomas en los que me ando perdiendo, he vuelto a ver a una compañera que llevaba más de dos meses sin venir. Me ha sonreído y ha hecho sitio para que me sentase a su lado. Desde el primer día de clase me cayó bien, más cerca de los cincuenta que de las cuarenta, lleva unos tres años por estos lares, es de más al norte, pero parece que se enamoró y se quedó por aquí. Viajera incansable y seducida por esas otras lenguas, risueña, independiente. Los pocos días que coincidimos a principio de curso hicimos buenas migas, había cosas de las que hablar, cine, libros, anécdotas de visitas a otros países. Pero al mes empezó al faltar, no tenía su teléfono, ni su mail, ni nada. Más de una vez me acordé de ella, porque el resto de compañeros parecía un grupo algo más cerrado, ya hecho. Y hoy al llegar me la encuentro allí, y me alegro al verla, y como soy curiosa y habladora le pregunto. ¿Cómo estás?¿Por qué has faltado estos meses? Y ella como el que habla del tiempo me responde que una operación de cáncer, que de cáncer de colon, que está en tratamiento, que vendrá los días que pueda. Y abro los ojos. Tienes una fuerza increíble, le digo. Ha notado mi cara de admiración, la veo con un aplomo y serenidad asombrosos. El profesor le manda hacer una presentación oral de unos minutos, la improvisa, le sale bien, al terminar los compañeros le aplauden por su discurso, yo también, la determinación y la fortaleza bien se merecen  una ovación. 
Nunca dejes de batallar.