domingo, 4 de octubre de 2009

Cine "educativo"


Sábado por la noche, probamos suerte en el cine, una de Quentin Tarantino, es la única atractiva que hay. Por una vez pecaremos un poquito: gominolas de colores y caramelos llenos de azúcar, pecado de gula. En la tienda hay cuatro niños entre 6 y 10 años, muy guapos y muy bien vestidos, que corretean gritando el nombre de sus progenitores, no me molesta, están muy nerviosos ante el atracón de chucherías que van a darse. Es normal. De pronto escucho un reproche del hijo al padre en un tono demasiado desafiante, el padre sigue conversando con otro padre hasta que el chiquillo se hace escuchar a base de tirones y chillidos. Vuelvo a mi bolsa de golosinas de colores, espero que por unas pocas no se piquen los dientes. Sentados al final de la sala esperamos que comience la película, de pronto llegan las dos familias con sus respectivos hijos. Saco la entrada del bolso.

- Seguro que nos hemos equivocado de sala - digo a mi acompañante que también busca la suya en los bolsillos.

- Sí, seguro, no creo que unos niños tan pequeños vayan a ver "Malditos bastardos" de Tarantino.

En unos segundos se nos abren los ojos como platos, estamos en la sala que corresponde, la dos.

- Bueno, puede ser que se hayan equivocado los padres de sala- yo siempre dudando de mis sospechas bastardas.

- Sí, espera ya verás como se levantan cuando se den cuenta.

Pasan los segundos, los minutos, la horas,...Han sido dos horas de película, los padres siguen allí con sus vástagos. Vuelvo a mirar a mi acompañante, está tan indignado como yo, los ojos se nos han caído al suelo. Callados y enfadados salimos al parking.

En el coche vomito la mala leche.

- ¿Qué esperan esos padres que hagamos los maestros con sus hijos la semana que viene? Únicamente tendrán unos 7 años, acaban de ver una película sangrienta, con escenas de guerra, y asesinatos basados en la 2º Guerra Mundial. Han visto a un hombre matar a hombres con cuchillos, con un bate, con pistolas,...

De camino a casa me cago en los progenitores de esos niños, en lo egoístas que son, porque la última de Tarantino hay que verla, aunque mis hijos que aún no saben ni leer en condiciones tengan pesadillas esta noche o copien el lenguaje soez y conductas poco recomendables de los actores.

Tarantino se equivocó en el título de la película, yo la habría titulado "Malditos padres".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Algún día, y no demasiado tarde, esos padres se preguntarán qué han hecho ellos para merecer lo que han criado. La tragedia es que nunca lo sabrán, y que, si se lo descubres, no te creerán.

(Gracias).

Recuerdos perdidos dijo...

Seré demasiado optimista pero tengo la esperanza de que algunos de estos padres recapaciten.
Saludos.

(De nada)