jueves, 30 de diciembre de 2010

Necesidades: Al terminar el año.




No hace mucho le he cogido el gusto a eso de pasear. Da igual la ciudad, el pueblo, ni siquiera el tiempo que haga. Es más, hoy mismo, volviendo a casa de la mujer que siempre me verá preciosa ha llovido, pequeñas gotitas que no han parado en los veinte minutos que ha durado el trayecto. Las calles estaban semidesiertas y las luces de navidad lloraban de rabia porque nadie las admiraba, "Son unas engreídas y se merecen la ignorancia", mis pensamientos siempre tan positivos.

A ratos he conseguido sonreír, ver las calles tan solas en estas fechas es un placer que únicamente el mal tiempo me puede regalar.Mi paraguas se mecía en mi mano derecha, porque caminando y pensando también tarareo, y él quería dejarse arrastrar por el extraño ritmo de su dueña. En los semáforos lo apoyaba en el suelo y miraba sin ver, sitiendo un cosquilleo en mis dedos de agradecimiento, por mucho que lloviese él ha sabido que no lo abriría, que hoy no necesitaba estar seca. A medio camino hay unas cuantas fuentes, al pasar cerca mi paso se hace más prudente, dejo de canturrear e intento centrarme en el ruido que hace el agua al caer,"Muy relajante, sí señor." Concluyo que esta zona de Córdoba sin esas fuentes no sería nada atractiva, mejor dicho no sería y ya está, al menos para mí. Y así, de forma cíclica, me acerco y alejo de esas fuentes que parecen cataratas, cambiando a la vez mi velocidad, adaptando incluso mis sentidos. "Lo bonito que es oír sin ver"(bueno, aunque sea por un rato).

Al llegar al final del horizonte vuelven los coches y los semáforos, se acaba el placer del agua ruidosa, automáticamente vuelvo a tararear esa canción, mi mano pasea el paraguas. Cruzo la estación, quedan pocos trenes por salir, el panel casi está a oscuras. No hay bullicio, no hay gente con prisas. Sin embargo esto me molesta, porque en las estaciones siempre hay situaciones muy interesantes y observarlas distrae toda mente, "Por hoy se acabó mi rol de voyeur".

En la puerta del bloque, al abrir, me vienen pequeñas imágenes de mi infancia, leotardos rotos, barro, piedras, globos de agua, dientes, chillidos de niños y risas muchas risas. Y entonces me agarro con más fuerza a mi paraguas, él se hace el duro, aguanta mi peso, aguanta.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta.
Va un beso.
Feliz año.

Recuerdos perdidos dijo...

Gracias Curro.
Feliz año.
Otro beso para ti.

Sergio dijo...

Veo que hay un intermedio más personal.
Me ha gustado porque también imagino el escenario Cordobés que conozco de algunas visitas. Mi padre es de allí(en realidad de Baena pero visité Córdoba, claro).
Bueno, feliz año. cómo no.

Erelea dijo...

Pues a mi también me gusta.
Un buen remate de fin de año.

Feliz 2011.

Lola dijo...

Precioso...lalalala...