lunes, 20 de septiembre de 2010

Necesidades: De tener cara de "atontao"



Es muy fácil, muy fácil. Llego, me dan mi correo mientras me tomo un té caliente y veo a todos bostezando, en menos de veinte minutos me pongo manos a la obra. Cojo mi carro amarillento, meto todos los paquetes ordenados según la ruta y aprieto el botón de mi mp3, gracias a él se me pasa más rápido la jornada laboral.
Bueno, también gracias a los viejos, que diga ancianos; ellos siempre andan con tiempo, sobre todo para charlar con el cartero, es decir conmigo.Y como yo soy muy respetuoso con la cuarta edad no soy capaz de cortarles la conversación y escucho con cara de atontado cada detalle de sus historias. A veces las repiten, no se acuerdan que ya me las han contado y me las vuelven a contar, aunque de forma diferente, ya que los detalles los cambian, las enamoradas que antes eran rubias platino al día siguiente son morenas como el carbón, la pandilla enemiga del pueblo vecino era cada día más numerosa y los robos de la huerta pasaban de peras a sandías, caprichoso el pasado en el presente.

Además se quejan mucho de sus hijos, según la mayoría de ellos somos todos unos irresponsables, me encanta cuando nos ponen verdes, y con razón leñe, que la mayoría cuidan a sus nietos hasta para que los hijos vayan al fútbol el domingo. Hay días que parecen que se ponen todos de acuerdo y se van a cuidar de sus nietos, entonces la mañana se hace mucho más lenta, así que tiro de mi mp3 y de la imaginación, porque los escotes de las chicas de hoy dan para mucho, "Seguro que esa es enfermera de las de bata blanca", haciendo apuestas de este estilo la ruta no es tan ruda, o cruda. Pero lo peor son los días de lluvia, nadie para, ni siquiera para responder a mi "Buenos días". ¿Será cierto eso de que en los países fríos es más difícil ser feliz?.

Ya me estoy perdiendo del hilo, si esto fuese un ovillo en condiciones claro, estaba hablando de mi trabajo. ¡Eso!, ya sé, de los días mojados e impersonales. También debería aclarar que con tantos estímulos en la rúa acabo tardando más de lo que debiera, entonces mi jefe, el encargado me levanta un poco la voz y me dice aquello de "Si es que tienes cara de atontao, si por mi fuera ya estarías de patitas en la calle",pero así, que el tío lo dice tan rápido que se come la "d" en atontado y le salen gargajos de la boca.
Pero bueno, mira tú que los "atontaos" disfrutamos de lo que hacemos y ninguna espuma o saliva lo va a impedir.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hubiera encantado ser cartero, pero de los de antes, de los que llevaban cartas, no recibos de bancos.
Juan Ramón escribió que "hay días en los que no recibir una carta que no se espera puede resultar una trajedia". La frase es preciosa.
Y andurrear las calles, aunque llueva.

Recuerdos perdidos dijo...

Una frase preciosa. No sabía yo de ese sueño tuyo de ser cartero, de los de antes.

Andurrear por la calle es un placer porque da tiempo a todo, incluso con lluvia.

Un saludo

Miguel dijo...

Siempre me ha parecido una profesión especial, esa de ser mensajero (como el dios Hermes) y convivir con la gente de la calle, y sentirme como ellos, y sentir que ellos dependen de mí.

Un beso.

Sergio dijo...

No sé ensayar bien la cara de atontao pero sí la actitud y descubres de todo en los seres humanos que se confían contigo. Normalmente cosas terribles así que no lo hago mucho. Pero está claro que nunca te debes fiar de alguien con ese tipo de cara. Subestimar a la gente siempre trae malas consecuencias.

Recuerdos perdidos dijo...

Sí Miguel, el mensajero, el que todo el mundo espera y que convive en la calle.

Houellebeqc, nunca hay que subestimar a nadie, nunca, pero nunca.

Un saludo

Erelea dijo...

Eso de estar en el club de los "atontaos" y hacer lo que a uno le apetezca sospecho que no está al alcance de todo el mundo.

¿Dónde me apunto?

Recuerdos perdidos dijo...

Erelea: Somos muy pocos en la lista, hay sitio para uno más.