
Dedicado a C. por ese rato de niñez en medio de la ingratitud social.
Hoy he hecho huelga, no pensaba asistir a la manifestación, no tenía ganas porque los sindicatos han sido tan culpables de este desastre como el mismo capitalismo. No me apetecía ir detrás de unas banderas con las que no me sentía identificada. Pero unas compañeras también la hacían y al final decidimos ir juntas a Cádiz bien temprano y unirnos a la manifestación, porque al menos necesitaba patalear y sentir que algún derecho me queda, aunque sea el de patalear.
Y ahí estábamos las tres, comentando las privatizaciones, los conflictos entre empresas y la cara tan dura que han tenido muchos sindicalistas (que sabemos que unos pocos, los que han acabado dimitiendo, eran de los buenos).
A medio camino la cabeza de la manifestación comienza a gritar: "¡Comisiones y UGT la misma mierda es!". Los que chillan estas beldades llevan banderas con las iniciales CGT, van con sus pelos y sus pintas de "alternatas", pero el respeto al prójimo brilla por su ausencia. Los aludidos, UGT y CCOO deciden seguir su marcha por otro camino diferente a la cabecera que los insulta. Entonces, el ver que los sindicatos siguen atendiendo a sus egos antes que a los derechos y la unidad del trabajador mis compañeras y yo decidimos irnos a tomar una cerveza, Tomar una cerveza y sentir vergüenza de lo presenciado, además de constatar que la media de edad de los manifestantes era de 40, que los Universitarios se han quedado durmiendo, durmiendo su futuro.
Acabamos pasando por un bar de mi barrio, en el que nací y me crié. Les cuento a ellas donde estaba mi casa y como era mi vida allí, les cuento lo rápido que me fui de esa barriada y esa ciudad cuando acabé mi carrera. Y acabo despertando mi pasado sonriente, con mi conciencia tranquila, mucho.