jueves, 16 de febrero de 2012

Necesidades: De chapotear


"Es magia, a veces te deja con una sonrisa en la cara, otras con un malestar que no llega a ser dolor pero que sigue ahí durante unos minutos, como el sabor amargo de los medicamentos en la boca.Y es que la manía de mirar lo que hay alrededor y fascinarme no me deja nunca, sobre todo me atrapan las personas y los lugares, la mezcla de ambos es un placer infinito. La magia, vuelvo a la magia, esa que nos regala momentos que jamás se repetirán, que ocurren por casualidad o por destino (para aquellos que crean en él). Magia, magia, sólo hay que esperar el momento exacto para hacerse con ella, o simplemente no esperarlo y lanzarse sin más."

Todos los días la veo, una señora de ochenta y muchos, bien temprano, con su delantal inmaculado y su media joroba, dando pasitos pequeños, inseguros. Todos los días sale con su cubo lleno de agua transparente dispuesta a dejar limpia la acera en la que se encuentra su casa. Da igual que haga frío, ella está allí siempre, a las ocho de la mañana, mojando la calle. Nos hemos acostumbrado a vernos, son sólo unos segundos, nos miramos, nos damos los buenos días y seguimos nuestro camino, yo al trabajo, ella al cubo. A mis espaldas sigo oyendo el chapoteo de sus manos arrugadas echando agua, incluso percibo sus ojos y los de su gato clavados en mí, como si ambos añoraran esos segundos que acaban de pasar. Pero esta mañana la magia no ha tenido contemplaciones y la señora, que se encontraba otra vez lanzando agua con su cubo, me ha saludado mientras yo abría el paraguas que me defendía de la lluvia.

"Somos seres de costumbres, tanto que se nos olvida cuestionar cualquier acto de nuestra rutina y lo hacemos mecánicamente, sin saber cuándo ni cómo empezó,sin saber cómo ni cuándo terminará."

7 comentarios:

Anónimo dijo...

La magia hay que descubrirla. Hay que aprender a mirar. La has sorprendido.

Thornton dijo...

Así se escribe, con traca final y todo.

Besos.

Sergio dijo...

Una de las llaves para estar bien en este mundo y connosotros mismos es precisamente valorar esos detalles y no perderse en vaguedades ni en buscar imposibles. Esa magia la sacas de cualquier lugar porque tienes el don de la palabra. No sólo ves sino que escribes cuando ves, aunque sea mentalmente. A veces me sorprende que no todo el mundo tenga acceso a ese disfrute pero es cierto, hay gente que pasa por el mundo casi sin estar en él, sólo con la mente fija en algún punto del futuro que nunca llega ni llegará. Y qué buenas citas para ilustrarte el buen post.

Recuerdos perdidos dijo...

Curro: Aprender a mirar, una asignatura pendiente.

Thornton: Corto, demasiado corto me quedó.

Houellebecq: igual que la belleza,¿la magia está en los ojos del que mira?

Saludos a los tres.

Miguel dijo...

Esas pequeñas cosas son las que nos hacen soñar. Hay que aprender a verlas... y a quererlas.

Un beso.

Erelea dijo...

De todas tus historias creo que es la que más me ha gustado. El final con paraguas abierto es perfecto.

Recuerdos perdidos dijo...

Gracias Miguel y Erelea.

Me quedo con las pequeñas cosas y los paraguas abiertos :)