miércoles, 29 de septiembre de 2010

Necesidades: Mi huelga pesonal


Dedicado a C. por ese rato de niñez en medio de la ingratitud social.

Hoy he hecho huelga, no pensaba asistir a la manifestación, no tenía ganas porque los sindicatos han sido tan culpables de este desastre como el mismo capitalismo. No me apetecía ir detrás de unas banderas con las que no me sentía identificada. Pero unas compañeras también la hacían y al final decidimos ir juntas a Cádiz bien temprano y unirnos a la manifestación, porque al menos necesitaba patalear y sentir que algún derecho me queda, aunque sea el de patalear.
Y ahí estábamos las tres, comentando las privatizaciones, los conflictos entre empresas y la cara tan dura que han tenido muchos sindicalistas (que sabemos que unos pocos, los que han acabado dimitiendo, eran de los buenos).
A medio camino la cabeza de la manifestación comienza a gritar: "¡Comisiones y UGT la misma mierda es!". Los que chillan estas beldades llevan banderas con las iniciales CGT, van con sus pelos y sus pintas de "alternatas", pero el respeto al prójimo brilla por su ausencia. Los aludidos, UGT y CCOO deciden seguir su marcha por otro camino diferente a la cabecera que los insulta. Entonces, el ver que los sindicatos siguen atendiendo a sus egos antes que a los derechos y la unidad del trabajador mis compañeras y yo decidimos irnos a tomar una cerveza, Tomar una cerveza y sentir vergüenza de lo presenciado, además de constatar que la media de edad de los manifestantes era de 40, que los Universitarios se han quedado durmiendo, durmiendo su futuro.
Acabamos pasando por un bar de mi barrio, en el que nací y me crié. Les cuento a ellas donde estaba mi casa y como era mi vida allí, les cuento lo rápido que me fui de esa barriada y esa ciudad cuando acabé mi carrera. Y acabo despertando mi pasado sonriente, con mi conciencia tranquila, mucho.

martes, 28 de septiembre de 2010

Necesidades: Mirar un sombrero



Se quiere comprar un sombrero de señor mayor, aunque él dice de señor elegante. Cada vez que pasa por la calle del centro se para ante el mismo escaparate, durante unos minutos baraja colores y modelos pero todavía no se ha atrevido a entrar, demasiado caros. Se resigna y al día siguiente se parará ante el mismo cristal, con el mismo deseo y las mismas dudas. Sergio comienza a tener entradas, una razón más para hacerse con algo que le cubra esas zonas libres, también se ha iniciado en largos paseos, desde que está parado lleva su curriculum por toda la ciudad. Por internet ha encontrado muchos modelos para reflejar su vida estudiantil, el título de estudios primarios, y su vida laboral, tres años como aprendiz y veinte de electricista en una empresa. Ahora con cuarenta y uno se ha especializado en internet, además de formas para hacer los modelos ha encontrado empresas nacionales a las que les manda vía mail toda su vida. Ya ni siquiera le importaría irse a Madrid, Barcelona o a Navarra, en ese caso tendría que irse solo, porque su mujer aquí tiene unas casas para limpiar y su hija de diecisiete años la estabilidad necesaria en un adolescente. Así ha pasado un año, largo, sin fin.

*
- Papá, me tienes que firmar este examen. Es de inglés .- A ella le tiembla un poco la mano, sabe de sobra que su padre está amargado, últimamente con eso del trabajo, del no trabajo,él anda siempre por casa, revoloteando en su cuarto y revisando los deberes.
- ¿Un tres? - Él mira el papel como si entendiese las respuestas, después clava sus ojos en los de su hija, firma, espera una respuesta mientras ella pone cara de víctima.
- Papá, ha sido culpa del profe, me tiene manía.- En realidad ella sabe que eso es una mentira, que simplemente no estudió. Pero su padre en vez de ponerse a gritar como habría hecho otro padre se tapó la cara con las manos y empezó a llorar.-¿Qué te pasa? No te preocupes, el próximo lo apruebo seguro. Y al rato, deja de lamentarse, la vuelve a mirar.
- Hija no te das cuenta que sin estudios no irás a ningún sitio, que serás una trabajadora de la que abusarán.
- Padre me doy cuenta de eso y más, mira Rafa, el vecino del cuarto, su hijo Licenciado en Biología y está buscando curro de camarero y en los supermercados. Y Juanma, el primo, Derecho y se ha ido derecho al paro. Sara, la hija del panadero, sabe unos cinco idiomas, estudió Turismo y mira, amasando pan en el negocio de su padre. ¿Realmente quieres que pierda mi tiempo y tu dinero en sueños imposibles?- ambos sentados y en silencio atienden la mirada del otro.

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Sergio pasa mucho frío en el nuevo pueblo, trabaja diez horas diarias, el sombrero lo olvidó.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Necesidades: De tener cara de "atontao"



Es muy fácil, muy fácil. Llego, me dan mi correo mientras me tomo un té caliente y veo a todos bostezando, en menos de veinte minutos me pongo manos a la obra. Cojo mi carro amarillento, meto todos los paquetes ordenados según la ruta y aprieto el botón de mi mp3, gracias a él se me pasa más rápido la jornada laboral.
Bueno, también gracias a los viejos, que diga ancianos; ellos siempre andan con tiempo, sobre todo para charlar con el cartero, es decir conmigo.Y como yo soy muy respetuoso con la cuarta edad no soy capaz de cortarles la conversación y escucho con cara de atontado cada detalle de sus historias. A veces las repiten, no se acuerdan que ya me las han contado y me las vuelven a contar, aunque de forma diferente, ya que los detalles los cambian, las enamoradas que antes eran rubias platino al día siguiente son morenas como el carbón, la pandilla enemiga del pueblo vecino era cada día más numerosa y los robos de la huerta pasaban de peras a sandías, caprichoso el pasado en el presente.

Además se quejan mucho de sus hijos, según la mayoría de ellos somos todos unos irresponsables, me encanta cuando nos ponen verdes, y con razón leñe, que la mayoría cuidan a sus nietos hasta para que los hijos vayan al fútbol el domingo. Hay días que parecen que se ponen todos de acuerdo y se van a cuidar de sus nietos, entonces la mañana se hace mucho más lenta, así que tiro de mi mp3 y de la imaginación, porque los escotes de las chicas de hoy dan para mucho, "Seguro que esa es enfermera de las de bata blanca", haciendo apuestas de este estilo la ruta no es tan ruda, o cruda. Pero lo peor son los días de lluvia, nadie para, ni siquiera para responder a mi "Buenos días". ¿Será cierto eso de que en los países fríos es más difícil ser feliz?.

Ya me estoy perdiendo del hilo, si esto fuese un ovillo en condiciones claro, estaba hablando de mi trabajo. ¡Eso!, ya sé, de los días mojados e impersonales. También debería aclarar que con tantos estímulos en la rúa acabo tardando más de lo que debiera, entonces mi jefe, el encargado me levanta un poco la voz y me dice aquello de "Si es que tienes cara de atontao, si por mi fuera ya estarías de patitas en la calle",pero así, que el tío lo dice tan rápido que se come la "d" en atontado y le salen gargajos de la boca.
Pero bueno, mira tú que los "atontaos" disfrutamos de lo que hacemos y ninguna espuma o saliva lo va a impedir.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Necesidades: Caminante.



- En unos años me jubilo - y Juan se come las uñas mientras recita la frase que todos queremos o no queremos recitar.
- ¡Una suerte! - ella no se come las uñas, su jubilación pinta para el dos mil cincuenta aproximadamente. Ella es más joven, unos veinte años, pero se anima en las cenas y comidas con gente de unos quince o veinte años más.- Creo que nunca llegaré a cobrar un duro del estado, tengo la sensación de que moriré antes, de un tumor o algo así.
Entonces sus amigos hartos de la experiencia de la vida le ríen la gracia, le dan consejos y le dicen la envidia que les provoca ella, ella, ella con sus cosas de persona joven, con esa sonrisa perenne.
Así que ella se suele callar, aminora el paso del vino, se sienta entre y escucha a todos.
- Claro, así podemos ir de senderismo los domingos, sin pensar en el lunes, ni en el martes...
- O también podéis ir los martes que hay menos gente que los domingos- ella siempre da ideas, buenas ideas de persona semijoven.
- Pero entonces tú no podrías venir, sería extraño- todos se miran entre sí, afirman la opinión de Álvaro el viudo, el que perdió a su mujer hace unos diez años de un tumor o algo así. Y ya está calvo y arrugado, pero sus ideas siguen siendo buenas, innegables, irrefutables, ideas de persona mayor a fin de cuentas.
- Una más una menos en el camino, ¿¡qué más da!? Ya me enviaréis las fotos por mail.- ella insiste, no quiere obstaculizar los planes del grupo.
- Nada niña, que de estos viejos no te escapas, que te va a tocar caminar sábado sí y sábado también. Además tú eres enfermera, ideal si se presenta un infarto en mitad de la sierra- todos explotan en risas, de las fuertes, por un momento obvian su cara de circunstancia. En unos segundos todos se recomponen y esperan la respuesta de ella. Sin hablar da un último sorbo a la copa, remira a esos compinches de pateadas, caminatas lejanas del esplendor televisivo, cercanas al esplendor real. Los mira uno a uno y piensa: "¡Ojalá llegue a vuestra edad con esas ganas de tomar el monte!" Después se toma tres copas más porque le da miedo, mucho miedo, de esa caminata.